MI EXPERIMENTO, EL MARATÓN

Bienvenidos a un hueco más de esta red de deporte compartido con todos vosotros. Hueco dedicado al deporte de la carrera y lo que le rodea.

Empezaré estas páginas con la participación el sábado 23 en el Maratón nocturno de Bilbao. Se trataba de mi primer maratón, sólo había corrido esta distancia en los ironman y además se trataba de una competición en pleno comienzo de temporada de entrenamientos. Algo de locos me decían algunos.

Sin mucho entrenamiento y tras el período de descanso mi objetivo era usarlo como instrumento de investigación personal. No se trataba de ver como hidratarme, ni como alimentarme, no. Se trataba de analizar estados mentales en una competición.

Esta es una prueba que como bien dice su nombre se desarrolla por la noche, su organización, en mi opinión tiene mucho que mejorar. Para justificar esto expondré algunos argumentos.

  • El circuito llano tiene exceso de zonas estrechas de ida y vuelta que dificulta el transito. Algo que ocasionará problemas si la prueba va creciendo en participantes. Para colmo la división se hacía con conos que no dejaron de rodar entre los pies de los corredores.
  • Los avituallamientos, que estaban en buen número, son muy pequeños por lo que en grupos grandes puedes quedarte sin coger agua.
  • La hora de comienzo es algo curioso pero por lo general te vas más allá de las doce de la noche para finalizarlo lo que te lleva a correr gran parte de la carrera sin el calor del público de la ciudad.
  • No se habilitan tras los avituallamientos zona ecológica. Es decir, una zona en la que tirar las botellas y demás. El efecto que daba ver todo esparcido y tirado por las calles era bastante malo.
  • La zona de llegada es pobre en asistencia al corredor. Falta de mantas térmicas, falta de zona de finisher acogedora y que invite a la pausa cómoda antes de ir a por tu ropa o al masaje.
  • Para convertirlo en una prueba de gran encanto y más “color” creo que debería tener mayor recorrido urbano. Algo que se que es difícil pero que la organización podría trabajar pues ganaría muchos enteros.
No todo es negativo. Es una prueba peculiar, con un recorrido a nivel de mar rápido, con buena gente haciendo de liebre, una temperatura aceptable, en una ciudad que anima y muestra ser un pueblo de cultura deportiva.

Pero cambiaré ya a mi competición. A ella no iba solo. Se encontraban conmigo Loly, Javier, José Manuel y Miguel. La primera se enfrentaba a su primer maratón y su cuarta carrera popular finalizándolo en 3 h49’, marca que se esperaba pues venía de quedar 4ª en la media maratón de Leganes. José Manuel y Javi tenían como objetivo bajar de la hora treinta (algo que consiguieron) y Miguel se enfrentaba a su primera media haciendo un buen papel en 1h36’ (o 39 no me acuerdo bien, lo siento).

Yo salí para jugar con la prueba y para analizar estados mentales de una competición. Encaré los primeros 7 kilómetros con el globito de 3h45’ fijándome en todos aquellos distractores externos que a uno le hacen estar en una situación dispersa donde no va concentrado en la carrera en la que todo le despista. A partir de este kilómetro quise ver si era capaz de entrar en la “zona”. Eso que le llaman fluir. Se trata de esa situación en la que uno corre o hace algo de manera fluida sin que nada lo distraiga, las cosas salen solas. Fui entrando en esa situación y me dediqué a correr, me daba igual las consecuencias pues era lo que iba buscando. Conseguí alcanzar el globito de 3h30’ en el kilómetro 21 e intenté mantener su ritmo hasta que pudiese. Sabía que esto lo pagaría ya que es algo que recuerdo constantemente a mis deportistas pero mi objetivo era sentirlo en mis propias carnes. Llegar ahí y solucionarlo.

Fue en el kilómetro 28 aproximadamente cuando mis piernas empezaron a dar los primeros avisos. Ahí me costaba mantenerme en esa zona, el cuerpo era un distractor externo pero un distractor que me hacía entrar en otro estado mental que me ayudaría a llegar hasta el final.

Ese es el estado que algunas filosofías orientales describen como el “estar ahí”, “estar presente”, “vivir el momento”.

Desde el kilómetro 28 hasta el 36 ese dolor de piernas iba aumentando y fue a partir de ahí donde comenzó “mi muro”. No sentí ese muro del que se habla aunque lo fui buscando y me arriesgué a ello. Mi muro fue un muro de piernas, dolor y dolor por el agarrotamiento y los calambres.

Cada paso era una queja, un “arggg” que salía con cada respiración. Sentía cada zancada y la regulaba al máximo para aguantar cada apoyo. Los aductores a partir del kilómetro 36 dijeron que no aguantaban más y se mantuvieron agarrotados y apretados hasta el final. Para evitar los calambres que me hiciesen parar cambié mi técnica de carrera acortando la zancada y no elevando los talones.

Los aductores son un músculo en el interior de la pierna que no sólo aproxima a esta sino que ayuda a su rotación externa desde el punto de rotación interna y también ayuda a llevar la pierna hacia delante cuando esta se queda atrás. Es decir, cuando impulso y quiero llevar la pierna adelante nos ayuda a esta acción.

Finalmente llegué al último kilómetro y comprobé algo que ya se sabe pero que es difícil de controlar. El cerebro es el gran limitador en situaciones de esfuerzo.

El dolor es una señal de alarma que todos pensamos que es enviada por el cuerpo pero la realidad es que es liberada por nuestro “coco” y muestra de esto es como nuestro cerebro inhibe esta sensación cuando nos falta poco para terminar la competición. Se trata de ese momento final en el que a pesar de ir muy mal somos capaces de ir apretando y esprintar al final.

Es una situación que si se llega a controlar te permite realizar pruebas a un nivel de esfuerzo muy cercano a tu máximo o incluso al máximo. Durante esta temporada trabajé en esto teniendo éxito en ello en la media maratón de Madrid, en la media del triatlón de Zarautz y en los diez mil de algún olímpico que he hecho. Anteriormente sólo lo podía dominar en los dos últimos kilómetros de un diez mil o en el último de un triatlón pero voy consiguiendo hacerme con ello.

Pues bien, con aductores acalambrados el último mil fue en progresión y tras cruzar la meta no se acabo todo.

Todos aquellos que queráis hacer una de estas pruebas debéis saber que la satisfacción es muy probable que venga a los dos días pues al acabar existe la posibilidad de estar en estado febril debido al golpe que le das al cuerpo. Existe también la posibilidad de que no se haya asimilado bien las últimas bebidas tomadas y se llegue a vomitar. Esto se debe a la distribución del flujo sanguíneo por el cuerpo en esfuerzo.

Cuando hace unas semanas os aconsejé la prueba de esfuerzo comentamos algo sobre la distribución del flujo sanguíneo. En esfuerzo, este se ve aumentado a nivel periférico, hacia los músculos, por lo que ciertos órganos se ven afectados con una disminución del mismo. Vísceras se ven afectadas e incluso los riñones.

El estómago si ve reducido su riego sanguíneo de manera exagerada comienza a fallar en su absorción e incluso en sus movimientos peristálticos. Como consecuencia lo que haya en su interior en el momento en que moleste y pueda dar problemas es expulsado.

Otra situación que se os va a dar tras un maratón es el dolor de piernas. No corráis a que os metan los dedos, si se tocan las piernas debe ser con maniobras de drenaje y eliminación de toxinas ya que la destrucción muscular es grande y los desechos metabólicos abundantes. El frío viene bien pero si estás con escalofríos por el gran esfuerzo espera a tranquilizarte. Algo bueno es una crema fría o hielo en las articulaciones pero cuando te hayas calmado y entrado en temperatura.

Por lo tanto si vas a hacer un maratón prepárate para pasar por diferentes estadíos mentales, alimentar no sólo tu cuerpo sino tu cerebro pues la concentración verás como aumenta en cuanto ingieres algún azúcar en la prueba y cuando duelan las piernas piensa que queda poco y céntrate en ti, en tu cuerpo y en seguir sin más.

¡Ah! Y un buen truco si tienes que bajar escaleras es bajarlas hacia atrás.

Tras un par de días he cambiado de opinión y de pasar de la idea de esto no lo vuelvo a hacer tras la prueba he pasado a pensar en la próxima en la que mi objetivo estará en bajar de las 3h30’.

Buenas zancadas a todos.